28 de junio de 2012

El relativismo cultural como falsa garantía del catalanismo

Alberto Luque

En su entrada del 3 de junio (Algo sobre el lenguaje y la idea de “Imperio”), Josep Maria Viola expuso tan breve como rigurosamente —y con una dosis de buen humor— la diferencia entre imperios depredadores e imperios generadores —idea que, entre otras muy penetrantes, podéis hallar más exhaustivamente desarrollada en Gustavo Bueno, España frente a Europa (Barcelona, Alba, 1999).

Sobre los mitos catalanistas

Alberto Luque

¿En qué consiste el mito de la “persecución de la lengua”, ahora hiperbólicamente elevado a la categoría (retórica, no jurídica) de “genocidio cultural”? (La pregunta pude ser formulada bajo otro ángulo, de manera que su respuesta exija esclarecer más aspectos del tema: ¿Por qué decimos que tal cosa es un mito, una invención falaz?)

17 de junio de 2012

Lenguaje/pensamiento, nacionalismo, religión


[DE: Alberto Luque]

[…]
La relación entre lenguaje y pensamiento es indudablemente muy estrecha, casi tanto como para justificar su absoluta identificación, el isomorfismo más completo entre uno y otro. Y en verdad que este acoplamiento cuasiperfecto ofrece un caudal de fenómenos fascinantes para la investigación científica y para la filosófica.
Pero también es interesantísimo examinar ese otro, digamos, 0,1% de fenómenos en que el contenido del lenguaje y el del pensamiento no sólo difieren, sino que de hecho resultan inconmensurables. Se trata de esos dos terrenos fronterizos y misteriosos en que podemos hablar, por un lado, de un lenguaje sin pensamiento, y, por otro, de un pensamiento sin lenguaje (es aún interesante a este respecto la teoría desarrollada hace ya casi un siglo por Lev Semionovich Vigotski).

RE: flo6x8


[DE: Alberto Luque]

Quiero insistir yo también, como Palmira, en que dediquéis unos minutos a contemplar las emotivas y talentosas actuaciones de flo6x8 (flo6x8.com). Además de hacer vibrar una cuerda en el alma, como una conmoción cósmica, como si temblara el Universo y no sólo nuestro corazón, esas acciones dan mucho que pensar en el terreno de la virtud cívica. Hay que perder la vergüenza como hay que perder el miedo (a decir lo que se siente, aun sin pensar lo que se dice, a no medir las palabras como si formásemos parte del séquito de los tunantes; éstos temblarán en cuanto oigan la voz de quien dice la verdad; lo que me recuerda la frase que uno de los piratas pronunciaba en una versión infantil de La Isla del Tesoro: “No te puedes fiar de un hombre honrado” —una frase que, por cierto, no se le ocurrió al propio Stevenson).

11 de junio de 2012

flo6x8


[DE: Palmira López]

Me gustaría incorporarme a esta lista de discusión agradeciendo los buenos momentos que me habéis hecho pasar desde que se inició este encuentro-e gracias a la iniciativa de Alberto. Como a vosotros, me hace feliz poder contar con este espacio que nos permite discutir inteligentemente, además de sonreír con vuestras ocurrencias. La simpatía desplegada en vuestras intervenciones ha sido una delicia para el entendimiento. Admito que, por diferentes motivos, no he podido participar tanto como hubiera querido y mucho me temo que, durante un cierto tiempo más, mis intervenciones van a ser, como decía Josep Mª Cuenca, «demasiado homeopáticas». Aun así, espero que pueda seguir disfrutando de vuestra generosidad y me comprometo a corresponderos con la intención de que podamos consolidar esta genial idea de Alberto.

8 de junio de 2012

RE: Algo sobre el lenguaje…


[DE: Assumpció Linares]

[…]
Em penso que des de que estic a la llista és la primera vegada que aconsegueixo llegir tots els missatges inscrits sota el mateix títol (el meu nodriment intel·lectual, per ara, depèn de les dormides del meu nen). I la veritat és que en aquest cas, la discussió era una mica “delicada” per totes les raons que, de fet, heu anat exposant des del primer missatge de l’Alberto.

5 de junio de 2012

RE: Algo sobre el lenguaje

[DE: Raquel Holgado]


Hola a todos y qué majo JM Viola! está muy bien su mensaje y sus reflexiones acerca de la necesidad de precisión en relación con el uso del lenguaje. La verdad es que lo de la precisión está muy bien, la precisión del bisturí de un cirujano plástico (así entraba un chico encantador en el corazón de Fabio Mcnamara en una de sus canciones… la palabra “precisión” siempre me sugiere esta estrofa, no puedo evitarlo); eso: la precisión, lo justo, necesario, bueno… y podríamos cambiar el sentido a la frase y no pasaría nada: lo preciso es que la verdad está muy bien… lo verdadero: justo, necesario, bueno… nada, me he puesto a jugar un poco con las palabras, esos vasos comunicantes a golpe de asociar ideas. Esas asociaciones que motorizan a nuestra en ocasiones indomeñable y perversa imaginación. El lenguaje, eso que según JMV es el reflejo del pensamiento puede ser también, visto desde otro ángulo, el pensamiento mismo. Dicho de otra manera, el pensamiento es un lenguaje mudo hasta que le da por hablar, o escribir… El pensamiento es el lenguaje de lo íntimo, de lo desconocido hasta que no quiera ser pronunciado. Por otra parte quizá pensamiento-lenguaje sea la respuesta a algo mecánico y en ocasiones fisiológico que relaciono sobre todo con corrientes eléctricas, obstinaciones celulares varias y memoria concreta.

1 de junio de 2012

El nacionalismo, el lenguaje, la mentira y la hipocresía


[DE: Alberto Luque]

Lo que dice Josep Maria sobre la estrecha vinculación entre esta clase de pintorescas chorradas y el aparentemente más serio tema del nacionalismo es tan cierto como rotundo: no se produce lo uno sin lo otro; no es posible el catalanismo “político” sin que en algún momento no se le levante un monumento al caldo catalán; el idiotismo folclórico es el sustrato, el oxígeno, la razón de ser del nacionalismo, y viceversa. En efecto, como dice Josep Maria con una rotundidad que agradezco, gilipolleces de ese calibre son propias de esas mentes enfermas a las que los términos “irracionalismo” y, sobre todo, “espiritualismo” describen con toda precisión (N.B., mucho más “espiritualismo” que “irracionalismo”, porque yo creo que la actitud irracionalista puede ser en parte, y según las circunstancias, inteligente, desafiante, interesante, pero el espiritualismo apesta siempre como una impostura, una debilidad o una gazmoñería; ser espiritualista le convierte a uno, en el mejor de los casos, en un buen salvaje supersticioso, y en el peor, en un hipócrita temible).